LA CARA ES EL ESPEJO DEL ALMA.

El niño nace una primera vez. Después es como si naciera una segunda a través de un trabajo largo y laborioso para dotarse de una identidad. Para dotarse de la cara, el cuerpo, el gesto, la acción, la palabra, el pensamiento, la emoción, la imaginación y la fantasía. En resumen, del sentimiento del ser, de la representación, del yo y del sí mismo que le son absolutamente necesarios para ser autónomo y para distinguirse de los demás individuos y de las cosas con las que convive y de cuyas interacciones extrae, poco a poco, gran parte de los materiales constructivos de su identidad personal. Este sentimiento del yo, del propio yo -que es una apropiación vital de autoestima, aprendizaje y desarrollo- es una dote que el niño tiene que poner en marcha cuanto antes con la ayuda y la cooperación del adulto.

En esa búsqueda del propio yo, entran en acción los diferentes lenguajes que el niño tiene para comunicarse. Uno de ellos, es el rostro, que también es expresivo. Mediante él nos podemos comunicar, dando información sobre nuestro estado de ánimo, la actitud, las intenciones y las emociones. En el rostro reside la esencia de la persona. Por eso es tan importante saber gestionar la expresividad y sobre todo, aprender a leer correctamente las caras de los demás que nos ayudan a saber cómo se sienten en cada momento.

Antes de la invención de la fotografía, era casi imposible que una persona pudiera verse a sí mismo tal como la ven los otros. En efecto, en un espejo simple colocado frente a uno, el rostro aparece vuelto del revés, así que todas las pequeñas diferencias existentes entre el lado derecho y el izquierdo del rostro resultan intercambiadas. Solo si se usan dos espejos combinados al mismo tiempo, podemos vernos como nos ven los otros.

Parte del texto extraído de “Los cien lenguajes de la infancia”.

Reggio Children. Rosa Sensat.

Este trabajo forma parte de nuestro proyecto interdisciplinar «Se llama cuerpo». Durante estos meses hemos estado trabajando nuestro rostro y la simetría del mismo. Hemos observado diferentes retratos y autorretrados de pintores y artistas que han sido un referente a lo largo de la historia. En muchos de ellos, hemos podido observar cómo esta simetría no se veía representada si se trataba de obras abstractas o cubistas como las de Picasso. Tras un trabajo de observación más preciso, hemos podido dibujar esas obras y pintarlas con distintos materiales: ceras blandas, colores acuarelables, barras pastel…

Hemos disfrutado mucho realizando estos retratos. Este ha sido el resultado tan bonito que nos ha salido:

Las exposiciones de la escuela infantil estarán unos días en la pared del jardín para que las familias podáis también disfrutar de ella. ¡Esperemos que os gusten mucho!

Alumnos/as 5 años.